En la provincia de Mendoza existe un emprendimiento con muy pocos años de vida que llevan a delante un sueño.
Producir y ofrecer productos naturales de excelente calidad, en sintonía con las preferencias de consumo actuales.
Finca Lecumberri.
Este proyecto joven nació del espíritu emprendedor de una familia de origen vasco, los LECUMBERRI, que le dieron forma a un sueño. Crear y ofrecer productos naturales, de excelente calidad, capaces de satisfacer a los paladares más sofisticados.
Así fue nació este emprendimiento que hizo pie en la elaboración de aceite de oliva extra virgen, (su producto insignia) llamado Noble Lur que significa «Tierra Noble» en lengua vasca.
Acompañando al aceite de oliva y con un claro sello gourmet, la Finca ha desarrollado una serie de productos típicos de la provincia de Mendoza, en la búsqueda de ser el complemento ideal de Noble Lur y un aliado a la hora de conquistar a los amantes de la buena gastronomía.
Un aceite noble, como reza su nombre. Un ingrediente esencial en la cocina moderna, sana, natural; un sabor muy nuestro, capaz de dar ese toque gourmet que realza cualquier menú.
Hace poco participando en la Feria de Alimentos Saludables Buenos Aires Market conocí a una Andrea de la secretaría de Cultura de Remedios de Escalada, en Lanús.
Me comentó que habían conocido el Aceite de Oliva Finca Lecumberri en la feria de Caminos y Sabores cuando su hija de 10 años probó todos y cada uno de los aceites hasta que encontró de la Finca.
Desde entonces, son fans y consumidores fieles de Finca Lecumberri.
Corría el año, 2011? cuando la Finca resultó premiada en la feria de Caminos y Sabores, entre los varios premios que cosechó hasta el momento.
Pero vamos a conocer un poco más de que se trata este emprendimiento.
En una finca de 180 ha tiene cuarteles de distintas variedades de olivos, entre ellos, frantoio, coratina, arbequina, nevadillo, empeltre, manzanilla, picual y claro, no puede faltar la aceituna doble propósito, conocida como la aceituna criolla, la Arauco.
El aceite se extrae de aceitunas se encuentran entre seis y ocho meses de maduración, justo cuando contienen su máxima cantidad de aceite, lo que suele ocurrir a finales de otoño.
Hace poco viajando desde Cruz del Eje a Retiro, compartí el viaje con un fabricante de Aceite de oliva de la provincia de La Rioja y compartimos una charla sobre las características de un buen aceite de oliva.
Este hombre sostenía que para la elaboración del aceite, no era necesario cuidar el estado del fruto (las aceitunas) y que estas no necesitaban estar frescas para la molienda y que la característica de un buen aceite la daba un fuerte sabor y un color verdoso.
Como siempre recurro a la fuente, lo consulté con mi viejo.
Como algunos sabrán, mi papa realiza aceite de oliva de primera presión en frío, algo que ya casi no existe, ya que en la actualidad se utilizan máquinas centrifugadoras (y de esto vamos a hablar en otra oportunidad).
Mi viejo sostiene que el color del aceite lo determina el grado de maduración de la aceituna.
Hace poco fui a casa y me llamó la atención que las aceitunas estaban maduras en un 50% aproximadamente y mi hermano aún no había comenzado la elaboración del aceite.
Cuando le consulté a mi viejo me hizo la siguiente aclaración.
Por lo general se espera que la aceituna esté madura en un 80%, lo que determinará el color del aceite de oliva.
De esta forma, el aceite de oliva elaborado va a tener un color amarillo, mientras que si se elabora con aceitunas verdes, el color del aceite va a ser también verde.
Y de esa manera se catalogan los aceites de olivas de dos maneras distintas, verdes o maduros.
¿Porque te comento todo esto?
Casualmente por que el Aceite de Olivas Extra Virgen de finca LECUMBERRI es de color Amarillo, lo que determina que a sido elaborado con aceitunas realmente maduras en un 80% como corresponde a un aceite maduro.
Un dato de color.
Los aceites de olivas “maduros” puede ser usado en crudo o para cocinar, ya que cuenta con cualidades excepcionales en frituras y se adapta para cualquier tipo de uso culinario.
A diferencia del aceite verde que es para uso exclusivo en crudo, ya que pierde rápidamente sus cualidades organolépticas cuando se calienta demasiado, es más inestable que el maduro y no soporta adecuadamente altas temperaturas y rápidamente comienza a humear y a desprender olores no deseables.
Pero regresemos a la Finca Lecumberri.
Pero lo que mas llamo mi atención, fue la historia que me contó Cristina sobre la plantación de olivos que se encuentra en el Departamento de Rivadavia, en la provincia de Mendoza.
Cristina me contaba que en el lote de olivares cuentan con un cuartel muy especial, que desde el origen de la plantación, estuvo cuidado de una forma natural, ya que no se aplicaron productos químicos ni nada que se pareciera, solamente se le aplicaron productos de cuidados naturales.
Cuando la familia LECUMBERRI se hizo cargo de la finca, decidieron mantener ese cuartel de la misma forma ya que para su curiosidad, las plantas de dicho cuartel se encontraban en mejores condiciones que las del resto de la plantación.
Así fue que decidieron certificar el cuartel y dio nacimiento al Aceite de Oliva Blend Orgánico de Finca LECUMBERRI.
Este aceite cuenta con la certificación de Argencert, una de las 4 empresas encargadas de la certificación de productos orgánicos de la argentina.
Y por último, para ir cerrando este primer post sobre Finca LECUMBERRI (ya que seguramente voy a escribir nuevamente más adelante) les comento que toda la línea de aceites cuentan con la certificación Sin TACC, lo cual lo hace un alimento apto para las necesidades alimenticias de las personas con distintos grados de celiaquía.
Ahora si me despido, pronto voy a volver a Finca LECUMBERRI para contarles más sobre este proyecto joven y de gran empuje.