Para las personas que somos fanáticas del mate, encontrar una yerba que sea digna de recomendación, sólida con el paso del tiempo y que no genera acidez al tomar, no suele ser fácil.
Recuerdo que hace unos años, conocí a vendedor en una feria, que traía yerba de misiones a granel y le había comprado un par de kilos.
Me enamore de esa yerba, pero cuando se acabó, no supe más como ni donde conseguirla.
Si te paso esto alguna vez y estás buscando un yerba que te enamore de esa manera, podes seguir buscando o probar Anna Park.
Se que suena determinante, pero te invito a conocer un poco más adentro, de donde viene y cómo llegó a ser una de las más elegidas por muchos que ya se enamoraron de esta yerba.
Yerba mate de producción limitada. Anna Park.
Para adentrarnos a conocer un poco más esta yerba, orgánica y cruzando mensajes desde via WhatsApp desde Buenos Aires a Oberá, entrevisté a Juan Barney.
Tercera generación de esta familia de yerbateros que me invito a descubrir de dónde viene y cómo se hace la yerba mate Anna Park.
Elaborada en Oberá, Misiones, ciudad con la que comparte prácticamente tiempo de vida, esta yerba de producción limitada y por sobre todas las cosas, con certificación orgánica.
Si, limitada, esta yerba es una de las pocas que cuando se acaba, se acaba.
En su proceso de elaboración no utilizan agroquímicos, fertilizantes, herbicidas ni plaguicidas químicos, pero no porque sí nomás.
Lo hacen por convicción y por tradición.
Para la familia Barney, el futuro es orgánico, y para ellos, eso es lo único que cuenta.
Y para ser franco, para mi tambien.
Una yerba como se hacía antes.
Una de las cosas más simples que marca la enorme diferencia de esta yerba con el resto, es la maduracíon de la hoja en planta.
Si, como repite Juan una y otra vez, la única diferencia de Anna Park con todas las otras, son 3 años de proceso.
¿Que quiere decir esto?
Los Barney entendieron que al cosechar las hojas cada dos años, las mismas obtenían un ciclo biológico más completo y con más propiedades.
Es decir, desde que la hoja brota en la planta hasta el día en que se cosecha, pasan dos años, lo cual le da a la hoja, un grosor y una consistencia totalmente diferente.
La mayoría suele realizar cosechas en hojas de un año y también quienes realizan dos cosechas en el año.
A esto se le suma un año de estacionamiento de la hoja una vez canchada y la suma de los tres años de proceso de los que siempre van a escuchar hablar a Juan.
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Una analogía interesante que me compartía Nicolás, amigo de muchos años y biólogo del Conicet.
Es que la agricultura intensiva, en la búsqueda de acelerar los tiempos de producción, va en detrimento de la calidad biológica de la planta. Lo cual hace mucho más sentido, que Anna Park sea diferente, justamente por permitirme a la hoja, estar más tiempo en la planta.
El secado de la yerba se realiza lentamente, en barbacuá de cinta, sin humo y con sistemas de combustión de alto rendimiento.
Los procesos de oreado y estacionamiento son también características que la distinguen, ya que no son viables económicamente para los grandes establecimientos.
Con una filosofía de conservacionismo desde su origen, no utilizan abonos químicos ya que contaminan los suelos y el agua, en consecuencia, afectan la salud humana, animal y vegetal.
La Yerba Mate ANNA PARK es elaborada artesanalmente según métodos implementados por los guaraníes en la época de las reducciones.
Otra de las características es el uso de cubiertas verdes, que protegen el suelo de la erosión y ayudan a recuperar la productividad del suelo.
Lo que le brinda propiedades físicas, químicas y biológicas, que por consiguiente favorecen enriqueciendo la planta.
Estos detalles hacen un producto diferente, que la convierten en la yerba orgánica más elegida.
¿Cómo nace Anna Park?
La historia que hay detrás no escapa a la realidad de muchos de los que tenemos apellidos Europeos.
Así como la selva misionera no escapó, a la llegada de miles de inmigrantes europeos, que bajaron de los barcos allá por el 1900 y se mezclaron en la tupida selva, llena de cuchillas y tierra colorada.
Todo comienza en Alaska, y parece salida de un libro de aventuras.
Por esas cosas del destino, (o valla uno a saber bien por que) el Sueco Bernard Anderson encontró oro, mucho oro en Alaska.
Luego de pagar deudas que tenía pendientes, le dio una parte a su hijo, Erik Barney.
Que luego de andar 10 años en un enorme barco de 4 mástiles y una temporada en Australia, donde lo corrieron las moscas y las serpientes.
Desembarco en el puerto de Buenos Aires, donde se enteró que había una comunidad de Suecos Misiones.
La tierra del futuro.
La Ciudad de Oberá, (la que brilla en lengua guaraní) agrupa a un grupo de inmigrantes agricultores llegados desde Europa en distintas épocas.
Después de la Primera Guerra mundial se produjo una intensa inmigración de alemanes, suizos, ingleses, daneses, que constituyen unas 20 colectividades asentadas en Oberá.
América del sur, era, por ese entonces y sobre todo, para los Europeos que escapaban de la guerra, «la tierra del futuro».
Los asentamientos se iniciaron en 1897 al llegar familias polacas y ucranianas, en 1908 la llegaron austríacos y en 1915 un grupo de escandinavos.
Escapando de la guerra llega Erik Barney al puerto de Buenos Aires, donde se entera que un grupo de suecos se había asentado en la ciudad misionera de Oberá.
Con el oro que le había regalado su padre, compra dos chacras en Oberá y cada 6 meses, iba a Chile a trabajar en las minas de cobre para invertir lo ganado en más lotes de tierra, donde realizó las primeras plantaciones de yerba.
Por otro lado, Annabel Nilen, que vino a Misiones de Estocolmo, Suecia a encontrarse con Erik, a quien había conocido en uno de los viajes.
Llegó a Campo Ramón, en la década del 30, cuando la selva todavía estaba virgen y se radicaron definitivamente.
Juntos tuvieron dos hijos, Erik y su hermano mellizo, Ian en 1941.
Erik Barney (hijo) ingeniero y ex atleta, fue quien se se focalizó en un proceso de producción de yerba mate.
Y desde la Facultad de ingeniería enseñaba a los colonos, con especial atención en el proceso de elaboración, cuidando mantenerse dentro de la forma de secado que realizaban los guaraníes y los jesuitas.
Buscando la correcta combustión y evitando las a altas temperaturas, que contaminan y son cancerígenos, y esquivando de esta manera la contaminación con monóxido de carbono.
Esa forma de producción es la que caracteriza y diferencia un mate con yerba Anna Park.
Tu granito de arena cuidando el medio ambiente.
Es importante que sepas que cada vez que elegis comprar un producto orgánico, estas aportando tu granito de arena para cuidar el planeta.
Una frase que viene bien recordar todo el tiempo, me la paso mi amigo Parra, es que cada vez que realizas una compra, eliges el mundo en el que querés vivir.
Y en el caso de ANNA PARK, no solo estás eligiendo calidad, si no que también estas apoyando al mantenimiento de dos reservas naturales de árboles autóctonos que conserva la familia.
Además, la yerba orgánica, por ley, utilizan insumos 100% orgánicos en todo su producto.
Esto significa que tanto el empaque en donde viene la yerba, como también la tinta con la que es impresa, es 100% orgánica y reciclable.
Por lo que elegir, no solo esta, si no, cualquier yerba orgánica, estás colaborando a seguir generando más yerba sin dañar el medio ambiente ni nuestro planeta.