Cultivo de Caña de Azúcar - Cuba

Cuando me propuse escribir este posteo, estaba en medio de otro que seguramente publique más adelante, sobre producción orgánica y agroecológica.

Si bien desde SEMILLA VIVA siempre nos enfocamos más sobre los productos orgánicos, escribir este posteo me llevó a buscar y conocer más sobre esta línea de pensamiento y producción de alimentos ecológicos.

Pero en lo concreto…

¿Que es la Agroecología?

¿Es una ciencia? ¿Un movimiento? ¿Es una sumatoria de prácticas o un movimiento social?

Para ponerme a tiro y poder conocer un poco más sobre el tema, un amigo me puso en contacto con el Ing. Agrónomo Carlos Gonzalez Carvallo, de la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria (CaLISA).

Quien fuera alumno del Ing. Molina, un especialista en microbiología del suelo, docente de la cátedra Agricultura General del la de Facultad de agronomía, socio fundador de la Asociación Amigos del Suelo y un incansable formador de conciencia.

Vía telefónica y por la inquietud personal de comprender por qué se plantea siempre, una diferencia entre orgánico y agroecológico, decidí indagar para tratar de discernir, con claridad si existen o no, dichas diferencias.

Pero para comprender mejor, me dedique a indagar sobre lo segundo…

Volver a la Raíz.

Escribir este posteo, fue para mí, casi, una regresión a mi infancia, a mi familia, a mi pueblo, a mi escuela secundaria.

No fue pensado si no que sucedió, como esas nota mentales que nos vienen con algún suceso lejano que marcó para siempre nuestras vidas.

Y si…

Hablar con Carlos fue repasar involuntariamente a mi casa, donde la preparación de la mayoría de los alimentos, la hacían mis viejos.

Que en la década del 80, como varias familias y por distintas razones, se fueron a vivir a San Marcos Sierras, una localidad serrana en la provincia de Córdoba con más de 5.000 habitantes.

En ese entonces, si llegamos a 1800, contando el área rural, éramos muchos…y como se imaginaran, nos conocíamos todos.

Mi viejo tenia asma.

Y es más que conocido el encanto de las sierras y el clima cálido para mejorar la calidad de vida de las personas con esta patología.

Lo que no sabíamos, era que mi viejo llevaba entre sus cosas, la biblia de la autosuficiencia.

La vida autosustentable.

Además de tener Asma, mi viejo tenia una terrible rencor con el sistema, lo cual lo había llevado a plantearse, vivir lo más alejado de de todo sistema comercial y cultural.

Al punto que, además de crecer sin ver televisión, (algo que agradezco) llegó al punto de solamente comprar el trigo, para molerlo y hacer el pan.

Para el verano, se levantaba muy temprano a juntar las las uvas del parral, que junto a mis hermanos y mi vieja, desgranamos para hacer jugo de uva, que pasteurizado, tomábamos en invierno.

Y claro, también para hacer vino.

Además, en la quinta teníamos mandarinas, naranjas, duraznos e higos, con lo cual se hacían los dulces.

Llegamos a tener colmenas, ovejas, chanchos, gansos, obviamente, gallinas y durante algún tiempo, conejos.

Se hizo un sótano donde se guardaba la producción del verano para el consumo en invierno y su mejor desarrollo, fue la producción de aceite de oliva.

Aceite de Oliva Primera Presión en Frío

Hasta ese punto llegó, gracias a El Horticultor Autosuficiente, de John Seymour, libro que según me contara mucho tiempo después, resumía en una página, todo lo que se tenía que hacer para tener una huerta.

En fin, eso me dio, sin lugar a dudas, el privilegio de alimentarnos, durante toda la niñez, lejos de toda la comida chatarra.

Cuando comenzamos al charlas con Carlos y entender que una de las problemáticas sociales, radica en la alimentación y en los problemas que acarrea la alimentación deficiente en general.

Comprendimos los dos, asombrados, que lo que había planteado mi viejo, significo para mi familia, un beneficio extra de un valor incalculable.

Para resumirlo, un sola vez entre a MacDonal´s…y me pedí una hamburguesa de queso.

Ahora vamos a lo nuestro!!!!

¿Que es la Agroecología?

Para Carlos, todavía se debate si la Agroecología es una ciencia, una sumatorias de prácticas o es un movimiento social.

Lo cierto es que esta propuesta surge en la década del 60, tratando de dar una respuesta la movimiento que inicialmente se conoció como la revolución verde.

Y que finalmente se convirtió en la revolución agroindustrial que trajo aparejado, desde los 90 a esta parte, un gran cambio en el ecosistema agrario de nuestro país con su cultivo «estrella», la soja transgénica.

Para la Carlos Gonzalez Carvallo (CALIFA), desde mitad de los años 90 cuando la agroecología es tomada como bandera y filosofía de un nuevo paradigma por algunos movimientos sociales a nivel internacional, cambia el eje de la discusión.

Cuando el Movimiento de trabajadores en Brasil, comienzan a enseñar Agroecología en las escuelas y plantean el modelo Agroecológico*

* Como modelo agroecológico, podemos plantear un tipo de agricultura, que si bien en la mayoría de los casos es familiar o cooperativo, tiende a establecer pautas de producción en equilibrio con el ecosistema, entendiendo principalmente a la tierra como un organismo vivo y a la producción, más allá del no uso de agroquímicos, la rotación de cultivos o las prácticas de siembras asociadas, como un sistema integral.

Un ejemplo muy claro de agroecología a nivel mundial.

Cuba, en la década del 60, al igual que Argentina en la actualidad, se basaba en una economía agrícola de monocultivo. La caña de Azúcar que se exportaba casi en su totalidad a los Estados Unidos.

Luego de la revolución y el comienzo de su vínculo económico con la Rusia, Cuba desarrolla su agricultura con el paquete tecnológico que le provee Unión Soviética.

Pero tras la caída del Muro en 1991, ante un bloqueo económico y desprovista de un paquete tecnológico para una producción agrícola, desarrolló todo su todo su sistema de manera agroecológica.

Otro hecho puntual, Roma, (1996).

Durante la Cumbre Mundial sobre la Alimentación, la Vía Campesina presentó una serie de requisitos que ofrecían una alternativa a las políticas de comercio mundial y que concretarán el derecho humano a la alimentación.

Planteando el derecho de los pueblos a definir cuál es la alimentación que cubre sus necesidades reales.

“Nosotros, la Vía Campesina, un movimiento creciente de trabajadores agrícolas, organizaciones de campesinos, pequeños y medianos productores y pueblos indígenas de todas las regiones del mundo, sabemos que la seguridad alimentaria no puede lograrse sin tomar totalmente en cuenta a quienes producen los alimentos.

Cualquier discusión que ignore nuestra contribución, fracasará en la erradicación de la pobreza y el hambre. La alimentación es un derecho humano básico. Este derecho se puede asegurar únicamente en un sistema donde la Soberanía Alimentaria esté garantizada”

Vía Campesina, 1996.


Esta definición de Soberanía Alimentaria se centra en el derecho de los pequeños productores a producir alimentos.

El derecho de cada nación de mantener y desarrollar su propia capacidad de producir alimentos son decisivos para la seguridad alimentaria nacional y comunitaria.

El consumidor Consciente.

Cambiemos de foco.

Un aliado que Carlos entiende como clave, es el consumidor consciente, y lo ve como la principal fuerza de apoyo que hoy, tiene la agroecología.

¿Por qué? ¿Cómo es ese consumidor consciente?

Básicamente está al tanto del impacto que tiene la agroindustria sobre le planeta, como la que tienen los químicos en su cuerpo.

Por qué elige proyectos que favorezcan la conservación del medio ambiente, la igualdad social y el bienestar de los trabajadores.

Carlos lo entiende como un socio imprescindible para acompañar a los productores que eligen una agricultura sostenible en el tiempo.

Un consumidor consciente, activo, organizado.

Es imprescindible para poder sostener, mantener y promover un tipo de agricultura que priorice una mayor relación con la naturaleza.

Plantea también como componente fundamental, la sustentabilidad del sistema en los valores que movilizan, tanto económica, social, cultural, política y ética del sistema.

Como síntesis, plantea que la agroecología propone una transformación técnico-productiva, económica, social y ambiental, que si bien se inicia en cada unidad de producción, tiende a crecer en cada territorio.

Teniendo en cuenta los valores una sociedad más justa, más solidaria, más inclusiva y por sobre todas las cosas más sana.

Por eso no se propone la agroecología como un diferenciación para crear valor, sino para crear valores.

¿Que Valores?

Compartir, la solidaridad, el cuidado del planeta, el respeto del trabajo familiar, el NO trabajo infantil, etc.

Carlos Carvallo, CALISA.

Por lo cual, plantea que llegar a esto, no es sencillo, sobre todo pensando en pasar de un planteo agroindustrial a una producción agroecológica, puede llegar a llevar más de 5 años, lo cual él entiende como desalentador.

Ese es el gran desafío de la agroecología en nuestro país.

Sistema de certificación de garantías. ¿Un paso hacia transparencia comercial?

En este punto me animo a plantear una pequeña reflexión, sobre todo en la comercialización de productos ecológicos.

Si bien en una relación de cercanías, uno puede tener la certeza, porque conoce a su proveedor o por que se establece una cadena de confianza en la cual, uno llega a conseguir productos agroecológicos.

Para poner un ejemplo, en mi pueblo, todos saben que Don Gómez produce sus verduras sin aplicarle ningún agroquímico y eso se puede ver a simple vista.

Pero no se puede decir lo mismo de Jaime, que vende unos paquetes de acelga enormes y sin un solo rastro del efecto de los pulgones.

Obviamente, hay quienes los notan y quienes no y también quienes lo saben y quienes no.

Pero para los que conoces como produce Don Gómez, es un sello de garantía y tranquilidad.

No siempre podemos encontrarnos con ese ideal.

Luego de la charla con Carlos y por sugerencia de él fui a visitar la Feria de Productores de Agronomía en busca de verduras y huevos.

Hice un recorrido por todos los puestos y solamente dos, me parecieron que podían llegar a ofrecer verdura agroecológica.

¿Como me di cuenta?

Primero, por el tipo de verduras que vendían, solo tenían verduras de estación y segundo, cuando me acerque, exponían un certificado de garantías participativas que se ofreció hace unos años a través de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA)

Quiero resaltar este detalle, porque me parece que ante el avance de la demanda de productos agroecológicos, una de las falencias que tiene este sistema de producción, suele ser la falta de certeza sobre el origen.

(no siempre conocemos a Don Gómez…)

Productores que participan de la Feria de Alimentos de la FAUBA exponiendo su certificado de garantías.

Fuente. Sobre la tierra.

Para comenzar a cerrar este posteo, me gustaría agregar la mirada de una persona que plantea una deconstrucción sobre la base alimentaria establecida en nuestro país.

Pero por sobre todas las cosas, por que no solo plantea un análisis sobre lo que nos ofrece la oferta industrial a través de las cadenas de supermercados.

Si no por que además, plantea una mirada hacia una revalorización ancestral y natural de la alimentación.

Su fanatismo y entusiasmo me recuerdan a mi viejo.

Una sociedad donde enraizar un cambio.

Soledad Barruti, plantea que para sobrevivir en el tiempo, las comunidades que desarrollaron la agricultura, una estrategia intuitiva, inteligente y sofisticada, con base en la biodiversidad de su ecosistema.

Y que uno de los factores más importantes para el desarrollo de estos ecosistemas, fue la variedad de semillas que se conservaron de cada especie.

Plantea además, la existencia de un microbioma, no solo en nuestro organismo, sino también de la tierra misma.

Una cucharada de tierra, tiene más vida, que toda la vida encontrada en los planetas hasta ahora descubiertos.

Plantea una problemática directa relacionada con el crecimiento del cultivo de soja (un 60 % del territorio) y el traslado de las comunidades rurales e indígenas a zonas marginales y en condiciones de pobreza.

El monocultivo de la soja, que además de ser una planta sumamente esquilmante, necesita para producirla un paquete tecnológico super agresivo para el planeta.

Lejos de la biodiversidad que plantea el modelo agroecológico, para la producción de intensiva de, ya sea de soja, maíz trigo, etc, la forma de producir, es justamente, eliminando cualquier otra planta o «maleza».

Y lo peor de todo esto, es que estamos arrendando el futuro de nuestras praderas, para darle de comer a los cerdos de china.

Reflexión.

Al redactar este posteo, recordé mucho las vivencias de mi niñez, las cuales me nutrieron con una mirada de dos paradigmas.

Por un lado en mi casa, donde mi viejo se planteó un sistema de autosuficiencia

Por el otro lado la formación que tuve en la escuela secundaria, de orientación agropecuaria, donde el enfoque fue sobre métodos de producción intensiva.

Creo que la agroecología se encuentra hoy, en un momento de valorización, ya que cada vez más personas están hablando de ella, y sobre todas las cosas.

Las nuevas generaciones, mucho más conscientes del impacto que tienen los ciertos sistemas de producción, rechazan prácticas agresivas e inclinan la balanza hacia modelos de producción sustentables.

Además, me parece sumamente importante rescatar que en septiembre de 2019 se realizó Primer Congreso Argentino de Agroecología, en la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Cuyo de Mendoza.

Lo cual plantea una avance enorme por su carácter fundacional para definir definir hacia dónde ir en la búsqueda de sistemas agrícolas sustentables.

Fuentes.

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