La tierra es un órgano del cuerpo agrícola y se debe mantener en un estado vital y fértil utilizando medios naturales.
Rudolf Steiner.
Tome la decisión de redactar este posteo, ya que constantemente me encontraba con gente empecinada en diferenciar uno del otro, cuando ambos son partes de un mismo concepto. La Ecología.
Aunque sí sostengo que indiscutiblemente, es necesario realizar una separación de los modelos de producción «ecológicos» de los convencionales.
Y cito modelos de producción ecológica, por que si bien en Argentina conocemos la producción agroecológica, orgánica y desde hace un tiempo la biodinámica.
Son varios los modelos de producción ecológica desarrollados en otros países, con distintas variantes pero con un mismo fin.
La producción de alimentos saludables, libres de químicos y la preservación del activo más importante que tenemos, La Tierra.
¿Orgánico o agroecológico? He aquí la cuestión.
Si bien, el público conocedor y entendido en el tema, conoce y distingue las diferencias, me di cuenta que todavía existe mucha desinformación al respecto.
Me propuse investigar y desarrollar un posteo para para tener pautas claras sobre cuáles son las similitudes y diferencias de la producción orgánica y la agroecológica.
Antes que nada, debemos entender que ambos conceptos persiguen lo mismo, son modelos de producción sustentables y sumamente amigables con la naturaleza.
Su principal aliado es el consumidor consciente, que reconoce la diferencia de un producto natural y libre de químicos en toda su cadena de producción y elaboración.
Y por sobre todas las cosas, valora cada vez más, la llegada al mercado de alternativas saludables, tanto para nuestro cuerpo, como para la del planeta.
Comencemos…
A fines del 2019 se celebró la Segunda Semana de los Alimentos Orgánicos y si bien la producción lleva más de 25 años de existencia en nuestro país, su crecimiento interno se encuentra, aún en una etapa de desarrollo.
Con normas de producción y estándares de los más elevados, Argentina cuenta con 3,2 millones de hectáreas certificadas lo que coloca al país, segundo en el ranking mundial, detrás de Australia.
En cuanto a la producción Agroecológica, se realizó en Mendoza a fines del 2019, el Primer Congreso de agroecología bajo el lema “Otra agricultura es posible: cultivando interacciones para el mañana”.
Congreso que se planteó el lugar en el que se encuentra hoy, la agroecología y hacia dónde se dirige.
Uno de los enfoques que lo escuche de Santiago Sarandón y me resultó esencial es comprender que la agricultura, es una actividad esencial del ser humano.
Ya que si tenemos en cuenta su finalidad es la producción de alimentos para los seres humanos, si se llegara a interrumpir, básicamente, estaríamos en problemas.
Ahora bien, ambos modelos de producción, se destacan por no usar productos de síntesis química, el cuidado tanto, del equilibrio de los ecosistemas donde se encuentran y de los recursos naturales que disponen.
Me parece interesante, primero que vayamos un poco para atrás y analizamos, cómo se llegó a desarrollar los sistemas de producción extensivas.
Ya que en ese desarrollo, fue, donde se rompió el equilibrio que habían encontrado los primeros hombres, cuando dejaron de ser nómadas y comenzaron a cultivar la tierra.
Desarrollo de la agricultura.
Haciendo un breve análisis sobre la evolución del hombre y su relación con la agricultura, sabemos que el hombre primitivo vivía de la caza, la pesca y la recolección de frutos que le ofrecía la naturaleza.
En las distintas etapas de evolución como especie, fuimos aprendiendo a cultivar, criar y domesticar los recursos que estaban disponibles.
Así fue como comenzó el cultivo de trigo, lentejas y garbanzos junto con otros cereales y leguminosas en el Mediterráneo.
En latinoamérica, los aztecas plataban papa, frijoles y maíz y en Asia se desarrolló el cultivo arroz.
Con el tiempo se fue descubriendo que la alternancia de los cultivos con las leguminosas y el uso de abonos ayudaban a mejorar el suelo.
En un primer momento, la tierra se trabajaba con herramientas creadas a base de maderas, que fueron reemplazadas más adelante, por otras de metal a la vez que se implementa el caballo como animal de tiro.
Hacia fines del 1800, el caballo es reemplazado por el tractor y se comienzan a realizar cultivos de forma extensiva.
En 1910, proceso de Haber-Bosch para sintetizar fertilizante de nitrato de amonio a escala industrial contribuyó de manera significativa al aumento del rendimiento agrícola. (…)
En los años posteriores a la segunda guerra mundial la utilización de fertilizantes de síntesis química se intensificó y alrededor de 1970 se comienza a plantear la eficacia real de este tipo de prácticas.
Este planteamiento es clave, ya que significó la línea divisoria de aguas el lo que sería la agricultura convencional y extensiva de la ecológica.
Si bien ya en la década del 30 (Hugh H. Bennett, Estados Unidos) y del 40 (Sir Albert Howard, Inglaterra) avisaron de los daños que la agricultura extensiva demandaba por Revolución Industrial generaba daños en los suelos.
Todavía no estaba se había potenciado el impacto que significó, décadas más tarde, la llegada de los productos de síntesis química.
Una analogía que me resultó muy interesante, que se la escuche del Ing. Agrónomo Eduardo Cerdá, es la de los anabólicos y los fertilizantes químicos.
En la agricultura convencional, para conseguir buenos rindes o conseguir que la cosecha llegue al máximo, se necesita si o si, de insumos, de un paquete tecnológico y productos de síntesis química.
Que si uno lee el rótulo, dice entre otras cosas, su uso indebido puede causar daños a la salud y al medioambiente. (wfh!!)
Lo que quiero señalar con esto es que ambos tienen un punto en común, la utilización de un agente externo para el desarrollo o la obtención de un resultado deseado X.
Ahora, si analizamos esto en el caso concreto de la agricultura convencional, podemos llegar a la conclusión, sin profundizar demasiado, que este sistema, que necesita de todo un paquete tecnológico para producir.
Y está lejos de lo que sostiene Rudolf Steiner, que decía que La tierra es un órgano del cuerpo agrícola y se debe mantener en un estado vital y fértil utilizando medios naturales.
Qué tan verde puede ser tu revolución.
La década del 60, marcó, entre otras cosas, la llegada de la llamada «Revolución Verde» que, terminó siendo el modelo de producción agrario y extensivo que conocemos hoy.
La Revolución Verde consistió en la siembra de variedades mejoradas de maíz, trigo y otros granos, cultivando una sola especie en un terreno durante todo el año, aplicando grandes cantidades de agua, fertilizantes, fungicidas y plaguicidas.
Este sistema de producción, hace tiempo está siendo cuestionado y mostrando la enorme cantidad de falencias, no solo por el desgaste del principal recurso, la tierra.
Y los daños a quienes aplican los insecticidas, las contaminaciones de las napas subterráneas, aguas de lagunas y arroyos como así también de las poblaciones que se encuentran a la vera de los campos.
Si no que además y por sobre todas las cosas, el daño desconocido que implica el consumo de alimentos «rociados» por productos químicos y venenos.
En cuanto a sistemas de producción agrícolas, podemos decir que existen en nuestro país, dos grandes ramas.
Y si bien existen diferentes variables y enfoques como veremos más adelante, en nuestro país, podemos decir que existen dos grandes ramas.
- Agricultura convencional.
- Agricultura ecologica (organica y agroecologica)
Ahora bien, para ponernos en contexto a nivel nacional.
Con 31 millones de hectáreas cultivables, nuestro país ocupa el décimo lugar de países agrícolas y la gran mayoría de la agricultura, se realiza de manera convencional.
Pero nuestro foco, lo vamos a poner sobre ese pequeño procentaje que hoy ocupa la produccion ecologica con dos ramas fuertes.
La Agroecología y la producción orgánica.
Un análisis sobre estas dos formas de producción ecológica que se están poniendo en boga, para muchos puede ser lo mismo y para otras, son antagónicas.
Me propuse desarrollar varios puntos en común y también las diferencias para que vos, como consumidor consciente, que busca alimentarse sano, tenga herramientas para discernir apropiadamente.
Para muchos orgánico o agroecológico, son lo mismo, pero para otros tantos, o se está de un lado o se está del otro.
Sin darnos cuenta que, muchas veces, estamos en un mismo barco.
Esta quizás sea la parte que a los argentinos más nos cuesta, como dignos descendientes de Italianos (que en parte somos) o somos orgánico o somos agroecológicos.
La realización de este posteo vino, al darme cuenta que en lugar de apalancarse y realizar un crecimiento en conjunto, algunos productores de cada sector, los más conservadores de ambas líneas, ven a al otro como enemigo.
Esta misma diferenciación suele darse también en los consumidores y algunos influencers que se posicionan de un lado atacando, al otro.
Sin darse cuenta que la batalla, si es que existiera alguna, es en la preservación del activo más importante que tenemos los seres humanos, el planeta tierra.
Ahora bien.
Realizada esta larga y necesaria introducción vamos a desarrollar en concreto que tienen en común y que no, la agroecología y la producción orgánica.
Un eje común para dos maneras de producir.
Enrico Cresta, productor de trigo y maíz orgánico de la provincia de Córdoba, me brindó un enfoque super interesante.
Plantea inicialmente y para ubicarnos a nivel global y local, que las realidades varían dependiendo regiones y países.
En el caso de Europa, los movimientos agroecológico y orgánico se encuentran más cercanos, ya que se trata, por una cuestión de espacios, de productores más pequeños.
Mientras que en Latinoamérica, por la extensión de sus países varía en cada uno y si nos centramos en nuestro país, tenemos dos grandes regiones, Norte y Sur que nos plantean dos realidades productivas diferentes.
Una de esas es la agricultura familiar, quizás la que más se vio afectada con el crecimiento de la Agricultura extensiva, llamada también, no sin razones, Agronegocio.
No solo por el consiguiente desarraigo que significó en la mayoría de los casos, si no también, la pérdida de uno de los activos más valiosos. El conocimiento.
Pero retomemos el enfoque…
Para Cresta, existe un eje troncal en el cual la Agroecología y la Producción Orgánica se encuentran, que son los siguientes 5 puntos.
- Libres de GMO (transgénicos)
- No utilizan fertilizantes de síntesis química.
- No utilizan herbicidas de síntesis química.
- No utilizan plaguicidas, insecticidas o fungicidas químicos.
- Se basan en la fertilidad del suelo, en la biodiversidad y respetan los ciclos de la naturaleza.
Esto es crucial y quizás lo más importante, porque cuando elegimos consumir libre de químicos, pensamos en productos agroecológicos y orgánicos.
¿Pero es 100% libre de químicos?
El el caso de los productos orgánicos, estos 5 puntos anteriores son ley y el consumo de los mismos garantiza que están libres de productos de síntesis química.
Dentro se su normativa, tanto en nuestro país como a nivel mundial desde la cumbre de IFOAM en Mar del Plata 1998, no está permitido el uso de GMO.
Por lo tanto, para poder producir orgánico, si o si, se parte desde esta base y se tienen que tener en cuenta estos 5 puntos indefectiblemente.
Desde de la Agroecología, en estos 5 puntos, existen diferentes dos miradas o interpretaciones al respecto.
En la mayoría de los casos al igual que sucede con la producción orgánica, no se hace uso de ninguno de los primeros 5 elementos.
Pero, para la mirada de algunos productores, se puede ir acercando hacia la agroecología, eliminado progresivamente hasta dejarlos de utilizar por completo.
O puede suceder o que ante un evento casual, como un ataque de plagas o en una transición se utilicen por ejemplo, insecticidas químicos.
Esto queda siempre a criterio de cada productor, ya que no existen leyes, normas o regulaciones que lo especifiquen.
El hecho de que la producción orgánica la utilización de productos de síntesis química este regulada y en los productores agroecológicos quede a criterio de cada productor, es una primera diferencia.
Lugares donde se comercializan.
Este es, sin lugar a dudas, uno de los puntos en el que más se diferencian uno del otro.
En el caso de los productos agroecológicos, generalmente suelen encontrarse en una cadena más corta de comercialización, como puede ser las ferias del productor al consumidor, en nodos o en dietéticas o almacenes naturales.
PH. Infocampo.
Recientemente la UTT abrió un espacio de ventas mayoristas de productos agroecológicos y cooperativos que se suma a los 5 nodos de venta directa con los que ya cuenta.
Esto establece una venta directa en muchos casos, lo que beneficia tanto a productores como consumidores, con ventas más rentables para los productores y precios más accesibles para consumidores.
En el caso de los productos orgánicos, la venta de los mismos suele ser dentro de la cadena de comercialización convencional en lugares específicos, como dietéticas, almacenes naturales.
Aunque también están comenzando a aparecer algunos mercados específicos de productos orgánicos, como es BioMarket, Fresco o Restaurantes como BA Verde o Bio.
Lectura recomendada ➡️ ¿Porque los productos orgánicos son caros?
Costos de uno y otros.
En el caso de los Productos agroecológicos, al tratarse de una cadena más corta y en algunos casos, no haber intermediarios de por medio, suelen ser en general más accesibles.
En el caso de los Productos Orgánicos, el hecho de que para transportarlos, los vehículos tienen que cumplir con las normas de higiene y salubilidad (que la tendrían que tener con todos los alimentos).
Suele ser motivo de sobrecargas en el precio, como así también suele suceder, que el hecho de que muchas veces se trate de cantidades menores, también lo encarece.
Existe el mito de que el hecho de que los productos orgánicos cuentan con una certificación de terceros, que valida que se trata de un producto 100% libre de químicos, es decir orgánico.
Se construyó el mito de que esto los hace mas caros.
Cuando en realidad, lo que encarece verdaderamente, es que para poder sacar un producto orgánico al mercado, este tiene que cumplir con todas las normas de elaboración, lo cual constituye un costo en si.
Pero, ¿No tendrían que estar todos los alimentos habilitados para poder llegar a comercializar?
Todos recuerdan lo que paso con el caso de botulismo de dos hermanas con el Hummus Tsuki Macro Vegan.
Soy amigo de Maxi de Tsuki y estoy seguro que tuvo todos los recaudos necesarios, pero siempre un doble o triple control elimina mayores posibilidades de riegos.
Y esto me da el pie para abrir el tema de las certificaciones.
Dentro des estas cadenas existe también un diferenciador, pero tiene incidencia ya que es la validación de que se trata de un producto libre de químicos.
Certificaciones y garantías.
Para un productor orgánico, la diferenciación y la garantía para el consumidor es importante.
Un punto que suele ser polémico y que termina siendo clave, es el tema de la certificación que recibe el consumidor a la hora de adquirir un producto libre de agrotóxicos.
Este es uno de los puntos bisagra entre los dos sistemas de producción.
En el caso de la producción orgánica de nuestro país, existe lo que se conoce como certificación de terceras partes, que en la actualidad cuenta con 4 empresas habilitadas por SENASA a saber.
- Letis
- Food Safety
- OIA
- Argencert
Estos organismos triangulan y garantizan que un producto orgánico cumple con los requisitos para ser rotulado como tal cumpliendo bajo las normas de producción orgánica.
En el caso de la producción agroecológica se están comenzando a implementar los sistemas participativos de garantía y de hecho, se está avanzando desde Fauba en el tema.
Si bien en muchos países como Perú y en Europa ya funcionan, este sigue siendo una de las materias pendientes de la Agroecología por estos días.
Como el nombre lo sugiere, la participación directa de los productores e incluso de los consumidores en el proceso de garantía, no solamente se fomenta sino que puede ser un requisito.
Pero…
¿Qué es un sistema Participativo de Garantías?
En el siguiente video explica como operan y cuáles son sus objetivos.
Este sistema de brindaría al consumidor la seguridad y al productor transparencia necesaria para establecer credibilidad entre ambos.
Y te puedo asegurar que es la pata más floja de la Agroecología, por lo menos en nuestro país.
Ya que en el caso de conocer al productor y los principios que elige a la hora de producir es suficiente y totalmente válido, porque además, estamos apoyando a productores locales.
Cuando nos alejamos del lugar de origen y desconocemos la fuente, perdemos la garantía que no se utilizan agrotóxicos.
Cuando se comienza a agrandar la cadena de producción y perdemos contacto con el productor, te puedo asegurar que si no conoces, por ejemplo, cuáles son las frutas y verduras de estación.
Corres el riesgo de que fácilmente te vendan gato por liebre.
Más ahora que existen un montón de servicios y venta online de frutas y verduras orgánicas y agroecológicas, con una demanda en crecimiento.
¿Cómo puedes estar seguro de que no es lo mismo que podes conseguir en una verdulería?
No nos engañemos, estamos en Argentina, y si bien existen muchas personas honestas y comprometidas.
También existen otras que tienen facilidad para aprovecharse de la ingenuidad e inocencia de la gente.
Costo de las certificaciones.
Un tema no menor con respecto a las certificaciones, es el costo que muchos suelen utilizar como excusa para justificar la diferencia de precios de un producto orgánico.
Vamos a derribar un mito.
Las certificaciones en si, no son caras.
Lo que sí encarece, en una primera instancia, es que para poder certificar, se tienen que cumplir con todas las normas y los registros vigentes.
Pero, ¿No tendrían que estar todos los alimentos habilitados para poder llegar a comercializar?
No hace falta más que citar el caso de la intoxicación de botulismo de dos hermanas con el Hummus Tsuki Macro Vegan.
Conozco a la gente de Tsuki y me apeno mucho lo que sucedió, pero es un claro y simple ejemplo de lo que puede suceder cuando se comienza a crecer y se dificulta tener controles, que muchas veces desconocemos.
Y lo digo desde los dos lados, tanto del productor como del consumidor.
El consumidor de cada uno.
Si bien en ambos casos de trata de consumidores conscientes, una mirada que gana cada vez más espacios ante el inminente llamado desesperado de atención del planeta.
Existe un componente social y político que hace una diferencia a la hora de elegir si se consume agroecológico u orgánico.
Y este no es un dato menor como para pasar por alto.
Ya que la agroecología lleva la bandera del campesinado y las luchas sociales, mientras que la producción orgánica en nuestro país creció rápidamente al adoptar las normas internacionales de producción orgánica.
Las que le permitieron comenzar a exportar rápidamente y convertirnos en el segundo país después de Australia en volumen de producción orgánica.
Esto revela rápidamente, los sectores sociales que se ven involucrados en cada uno de los casos.
Conclusiones finales.
Tanto la Agroecología como la producción orgánica tienen un enfoque centrado al cuidado del medioambiente.
Lo cual las sitúa a las dos, en un área que las engloba que sería la ecología.
Entre las diferencias más representativas que tiene cada sistema, una y quizas la mas importante, es la cadena de comercialización.
En el caso de los productores agroecológicos, en la mayoría de los casos, la venta es directa, o en ferias, la cual es sostenible, en el caso de pequeños productores, pero difícilmente escalable.
En el caso de los productos orgánicos, suele ser en la mayoría de los casos, aunque se pueden encontrar en ferias, almacenes naturales, dietéticas o espacios especializados en productos orgánicos.
La agroecología tienen, en su origen, un enfoque social y muy vinculado a la soberanía alimentaria y fuertes lazos de compromiso con el campesinado.
Mientras que en la producción orgánica, lo social queda más vinculado a cada proyecto.
En cuanto a la transparencia, un producto orgánico, por normativa, va a ser 100% libre de químicos, mientras que uno agroecológico, va a quedar a criterio del productor.
Por lo cual lo recomendable, es buscar aquellos productores que ofrecen una certificación de garantías (en la feria de agronomía hay dos) o los conozcas y te brinden la confianza suficiente.
Fuentes.